lunes, 17 de marzo de 2014

SEMANA SANTA EN ... LA POESÍA (17 de marzo)



Yo tengo en el Arenal

tres amores escondidos,
que son la Carretería,
las Aguas y el Baratillo.
Si la Virgen de la Luz
se muere al pie de su Hijo
sin que alcance la escalera
la altura de los martirios,
la del Mayor Dolor deja
todo el aire estremecido
mientras agoniza el Viernes
entre aquellos tres patíbulos
que allá por la Magdalena
dan también escalofrío,
que entre Varflora y San Pablo
se andan los mismos caminos.
Y esto Montserrat lo sabe
con sus ojos afligidos,
con su celestial prestancia
de sello montañesino.
Y lo sabe Guadalupe,
bonita entre lo bonito,
astillero del amor
-¿quién la olvida si la ha visto?-,
madrigal de un mayo eterno,
vecina nueva del río,
adonde la sangre llega
por Aguas de sacrificio
y con un Mayor Dolor
que ninguno ha conocido.
Hoy con Don Miguel Mañara
y antaño con San Jacinto.
(...)

Joaquín Caro Romero - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2000. 



(...)
La Bofetá en la Gavidia
echa a volar las alondras,
mientras que los Panaderos
y la Exaltación escoltan
en el Huerto y el Calvario
a la muerte y la derrota.
En el Buen Fin disolvieron
a la cohorte pretoria,
pero no en las Cigarreras,
que acarician lo que tocan,
mientras que dos Esperanzas
ponen su pena barroca
detrás de los condenados
que de noche y día enamoran,
que el Sentenciado, el Caído,
dan alegría redentora
cuando suena la trompeta
de la Centuria gloriosa
y la emoción de Triana
sube del pecho a la boca
con el gozo del Caballo
y el centurión que lo monta.
(...) 

Joaquín Caro Romero - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2000.






Subió hasta el cielo del aire el
retablo de la Gracia, la gloria del
Arenal, la Niña sencilla y santa cuyo
corazón conmueven los suspiros y
las lágrimas. Salió a las calles del
barrio que le reza y que la aclama,
bajo un palio que custodian varales
firmes de plata. Y con velas de
oraciones sobre mares de gargantas
que para decir su nombre no
necesitan palabras, fue sembrando
devociones y recogiendo
esperanzas. Porque Guadalupe es
un silencio de alabanza y una saeta
que cruza y que estremece y que
clava al Dios más cercano y nuestro
en lo más hondo del alma. Porque
Guadalupe es un río de limpias
aguas, afluente del Amor que habló
a la samaritana, pues no vuelve a
tener sed quien bebe en fuente tan
alta. Por eso sus costaleros, costal
de dolor y faja de firmeza y voluntad,
las trabajaderas alzan desde la fe de
su llanto hasta un cielo de giraldas.
Está Guadalupe arriba en el altar de
sus andas y el pañuelo de un piropo
busca el nido de su cara: ¡Mi Virgen
de Guadalupe, flor
hispanoamericana y trigal de
Extremadura, del Arenal soberana,
gloria, reina, madre y niña! ¡Trianera
y sevillana! 
Ignacio Montaño Jiménez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 1997.

Creí Señora mi pecho
de la cadencia olvidado.
Mas quedé para Ti flores
en los jardines y prados,
y en arriates de sueño,
y en los surcos del milagro,
y en las plazas escondida,
y en los desiertos collados,
y en las riberas umbrías,
y por los huertos cerrados.
Busqué flores para Ti,
que es tenerlas en la mano,
porque al evocar tu nombre
toda la luz se hace nardo,

y de jazmín se hace el aire,
y toda sangre amaranto,
y violeta los recuerdos,

y fina azucena el tacto,
y gardenia la mirada,
y margarita los labios,
y clavel el corazón,

y las espinas geranios.
(...)
Antonio Rodríguez Buzón - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 1956.

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