miércoles, 26 de marzo de 2014

SEVILLA EN ... EL PREGÓN DE LA SEMANA SANTA (26 de marzo)



Los sevillanos nos movemos más por el tiempo que por el espacio. Rodrigo Caro acostumbraba a decir: "No he navegado en mi vida más que de Sevilla a Triana". Hubo un tiempo, muy lejano, en que las Cofradías trianeras no cruzaban el río. Hacían la estación de penitencia a la Real Parroquia de Señora Santa Ana, la Catedral trianera. Pero está bien que María salga a visitar a prima Isabel una vez al año. Qué inmenso honor. Y la Estrella  incomparable, desde su observatorio de amor de San Jacinto, polarización de devociones, se viste de Domingo de Ramos, coge el camino más corto, el más recto, y se planta en Sevilla, que le dice: "Bendita Tú entre las mujeres. (...) Pero ¿cómo es posible que la Madre de mi Señor venga a visitarme?". Y esta salutación de sorpresa, júbilo, entendimiento, cariño y complacencia va a repetirse el Lunes ante la Hermandad de San Gonzalo, donde Triana enriquece su trianerismo, y en la Madrugá esperanzada, y en el Viernes nazareno y expirante.



¿Qué es Triana, un milagro o un regalo?

Allí por donde va deja su huella.

Ilumina las calles con la Estrella

y trae la Salud de San Gonzalo.

Y entre tanta hermosura, un intervalo

para soñar con la Esperanza aquella.

¿Conoce Cristo cuál es la más bella

mientras expira en un sangriento palo?

Dos equilibrios, dos serenidades:

Patrocinio y La O. Y un Nazareno

que desata la fe de los cofrades.

Y un Cachorro que llega a la Campana

y nadie frente a Él se siente ajeno,

que el cielo aquí se explica con Triana.



Desde la óptica figurada se ha conjeturado sobre si el Cachorro muere en Sevilla o en Triana. Pero nadie lo ha visto muerto. Y es que este Cristo no acabará de morirse nunca. Está tan dentro de nuestra vida que seremos nosotros los que traspasemos la última Thule antes que Él, porque el Cachorro, rezagado en una agonía interminable, seguirá interrogando a la niebla letal que se cuela por su ojo derecho, mientras con el izquierdo nos adelanta el preanuncio de la resurrección.



Triana es para el pregonero, aparte de sus Hermandades y Cofradías, el encuentro con el tiempo perdido, sus catorce años, el amor, el paseo en barca, el corral de vecinos, el patio, la cita, la novia, la cucaña, la misa en Santa Ana, el gozo de vivir, en suma.



Sé donde la vida empieza,

no donde la vida acaba.

Los gitanos en la Cava

y Ella en la calle Pureza.

Tres veces Cristo tropieza

al salir de la besana.

Y la dulce Capitana

quiere llevar el madero.

Ay, Señor, ¿por qué la quiero,

si yo no soy de Triana?

Después de cruzar el puente

y visitarla en su casa,

yo no sé lo que me pasa

que me siento diferente.

Si la espada del relente

corta en sueño a la mañana,

mi sangre se hace campana

por su nudo marinero.

Ay, Señor, ¿por qué la quiero,

si yo no soy de Triana?

Esperanza Trianera.

- Pregón de la Semana Santa de Sevilla. 2000.
     Joaquín Caro Romero. 


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