martes, 8 de abril de 2014

SEMANA SANTA EN ... LA POESÍA (8 de abril)



Capataz:
Lleva despacio a Jesús
que va muerto por Amor
sobre el árbol de la Cruz.

Que no le roce ni el aire
que se mece por las ramas,
porque puede dilatarse
el manantial de sus llagas.

Ni la ráfaga de luz
con su tacto de azahar,
ni el suspiro del naranjo
cuando vayas a llamar.

Ni el clavel en la ventana
ni el geranio del balcón,
ni el cuchilla de la noche
ni el refleja del farol.

Ni la música siquiera
de la saeta que canta,
ni el Padrenuestro que vibra
en la sedienta garganta.

Ni el mercurio del lucero
ni el azogue de la estrella,
ni el trepidar tan siquiera
del pisar del costalero.

Capataz: Que no rocen a Jesús
ni el hálito del candor
ni el pétalo de la brisa.
¡Que va Muerto por Amor!

Antonio Rodríguez Buzón - Pregón de la Semana Santa - 1956. 



¡Sevilla, Sevilla entera 
unida en protestación
de fe por la Macarena!
Unir las voces yo quiero
de los que sólo la miran,
y Avemarías no aciertan,
de los que besan sus fotos,
los que al buscarla la encuentran,
de las madres recién madres,
y de las madres de vuelta
de aquellas horas de duelo,
de aquellas noches en vela,
de los padres y los hijos
enredados en pelea,
que suspenden por un rato
sus lances para ir a verla.
¡Sevilla, Sevilla entera
unida en protestación
de fe por la Macarena!
Sevilla diciendo a coro,
“Creo en Dios, porque la hiciera
Creador de la Hermosura
Creador de su Grandeza.
Que hizo el cielo por bajarla
e hizo al bajarla la tierra,
que hizo visible en su nombre
las maravillas excelsas
y en Ella puso invisibles
la Gracia y la Vida eterna.
¡Qué bien suena! ¡Qué bien sale!
con la voz sin temblequera,
Sevilla, Sevilla entera
unida en protestación
de fe por la Macarena!
Creo en Jesucristo, el Hijo
de Dios y de Madreperla,
nacido antes de que el tiempo
en Madrugás se viviera.
Dios de Dios y luz de luz,
Dios por Dios y Luz por Ella.
Dios verdad de Dios verdad
Verdad que en San Gil se muestra,
engendrado, no creado,
hecho de aquella manera
como tiembla la esmeralda
sin que una mano la mueva,
con el Padre Omnipotente
de su igual naturaleza,
del Padre, que lo hizo todo
y en Ella tuvo su meta.
Sevilla reza: “Yo creo
que Cristo pisó las piedras
de la calle San Luis
del Pumarejo y de Feria,
que por nosotros los hombres
y por salvarnos, quisiera
por obra del Santo Espíritu,
sembrarse junto a la acequia
que es Santa María la Virgen
pero aquí se dice Reina.
Que se hizo hombre y se hizo
el Señor de la Sentencia,
y entre Centuria y Pilatos,
y entre gandinga y cornetas,
padeció y fue sepultado
pero fue losa ligera,
que resucita glorioso
antes que nos demos cuenta.
Resucita antes que nadie
y es primicia y es bandera
de esperanzada alegría
por calle Parras de vuelta.
Que Jesús vuelve a la vida
y sube al cielo y se sienta
a la derecha del Padre
y allí permanece y queda
como se queda dormido
con Rosario en su belleza,
y así es más dulce el juicio
y así el Reino manifiesta.
Creemos en el Espíritu
que da vida y nos alienta,
que es paloma que se posa
en la rama y la veleta,
que es del Padre y es del Hijo,
y con ellos se revela,
mientras habla por tus ojos
esa voz de los profetas.
Sevilla, puesta a tus plantas,
creyendo por ti en la Iglesia,
que es Una, Santa, Católica
y Apostólica, confiesa
que se bautiza en los pétalos
que caen de las azoteas,
y así limpia sus pecados
en morada penitencia.
Sevilla espera por ti,
que los que mueren no mueran,
y al llegar tú resuciten
y entonces Sevilla entera,
se una en protestación
de fe por la Macarena.
Sevilla nunca termina
de responder: Que así sea.
cuando recita este Credo
Macareno a su manera.
Ella en el centro de todo.
Sevilla, Sevilla entera,
cuando repite tu nombre
se crucifica y se eleva,
Tu nombre en protestación
de fe por tu nombre auténtica.
Tu nombre como una cruz
y tu nombre por respuesta.
¡Macarena, Macarena, Macarena, Macarena, Macarena!

Francisco Javier Segura Márquez - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2013.




Igual que un Faro de amor
eres Virgen Soberana;
igual que un Faro de amor
que el mismo Dios cuida y guarda,
junto a la orilla del río
más luminoso de España,
y entre las costas celestes
y la tierra sevillana,
para calmar sus dolores,
para consolar sus lágrimas,
para abrir nuevos caminos
en la oscuridad del alma,
para hacer limpia y sencilla
la devoción que te aclama,
para coronar las flores
la luz de cada mañana,
para aumentar su color
bajo tu dulce mirada,
para hacer su aire perfume
y suspiro su plegaria,
y para verter en ella
todo el caudal de tu Gracia
al ondear la bandera
de tu bendita Esperanza.
Igual que un Faro de amor
eres Virgen Soberana;
más bonita que el jazmín,
más limpia que el agua clara,
más pura que la azucena,
más luminosa que el alba,
más primavera encendida
que la que da rosas granas,
más gitana que la torre
morenita de Santa Ana,
y más hermosa que el sol
que con su reflejo abrasa.
Igual que un faro de amor,
eres Virgen Soberana;
Madre de los marineros,
Señora de la arrogancia,
Orgullo de San Jacinto,
Repique que nunca acaba,
Canción de nuestra alegría,
Puerto y Altar de la Cava,
nave segura hacia el Cielo,
y Esperanza de Triana.

Antonio Rodríguez Buzón - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 1956.




(...)
Las Almas, para el Amor;

y para el Amor, el Beso,
Rocío para siempre si
Desamparado me veo;
Tristezas para la ida,
Victoria para el regreso,
ya venga del Porvenir
o del puente de San Telmo;
Estrella para mi noche,
Candelaria en el desvelo,
Encarnación en la espera,
Villaviciosa en el duelo,
Presentación con el Fruto
que en Calvario recogieron;
Consolación entregándole
el Rosario a los enfermos,
con Dulce Nombre en la boca
y con la Aurora de estreno.
La Sentencia en el pretorio
la Oración en el Huerto;
la Coronación de Espinas,
la Mortaja y el Entierro,
con el Redentor yacente;
y luego a empezar de nuevo
con el lasaliano Cristo
Resucitado y devuelto,
en un pasmo de aleluya
que hace a la piedra lucero,
porque allá en Santa Marina
rezó Fernando Tercero. 

Joaquín Caro Romero - Pregón de la Semana Santa de Sevilla - 2000.


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