Hoy les dejamos este presbiterio para que nos digan a qué iglesia pertenece. No se confundan, aunque el crucificado que lo preside sea una obra del siglo XX, el templo es del siglo XIV.
El presbiterio está separado del resto de la iglesia por un gran arco gótico, ojival y apuntado, que se asienta sobre dos grandes columnas. La cubierta del presbiterio se divide en dos tramos: el primero tiene bóveda de crucería, el otro bóveda sexpartita; los nervios en color amarillo y las cubiertas en blanco. Son los únicos colores que encontramos ya que el presbiterio, aparte de no tener retablo mayor, aparece con sus paredes desnudas con el ladrillo a la vista.
La iglesia consta de una nave central, a cuyos pies está la entrada principal, y dos naves laterales, separadas entre sí por arcos de herradura apuntados que se asientan sobre pilastras rectangulares de ladrillo.
La iglesia parroquial de San Marcos, que es el templo que buscábamos, aprovechó en principio el edificio de una antigua mezquita. Tras el terremoto de 1356 tuvo que edificarse una nueva iglesia, durante el reinado de Pedro I, en estilo gótico-mudéjar, que es la que hoy conocemos.
Es un templo que tiene más que ver por fuera (su esbelta torre y su portada principal) que por dentro. Pero, por supuesto, merece también una visita.
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