No son sólo dos, sino tres, las cruces que podemos ver empotradas en la pared de esta calle; dos al comienzo y una tercera casi a la mitad de la calle. Y son las responsables, lógicamente, del nombre de la misma: Calle de las Cruces, entre las calles Ximénez de Enciso y Doncellas. En el ensanche de la calle podemos encontrar lo que muchos llaman "la plaza de las cruces" donde vemos un calvario, es decir, tres columnas de piedra rematadas por cruces de hierro forjado; todo sobre un pedestal de piedra y enmarcado por una verja con faroles en las esquinas.
Contrariamente a lo que se pueda pensar, las cruces de la pared están ahí colocadas "por razones higiénicas y sanitarias", y les cuento: en el siglo XV, para evitar que los bebedores, noctámbulos pendencieros y demás individuos miccionaran en estas esquinas y fachadas se les ocurrió colocar estas cruces para darle al lugar cierto sentido religioso y así eludir la idea de aquellos de vaciar sus vegijas en estas paredes.
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