miércoles, 3 de junio de 2015

RESPUESTA - 3 de junio - PASEANDO POR SEVILLA

En nuestros paseos por el mes de mayo en los que hemos visto tantas cruces en nuestra ciudad, recordarán ustedes, en concreto, la cruz de las Culebras, aquella que aparece en la fachada de la iglesia del Salvador junto a la Cuesta del Rosario. Ya hablamos entonces de una lápida a los pies de la cruz en la que se recogía que toda persona debía arrodillarse al paso del Santísimo, por ley del rey D. Juan I. Pues bien, en la calle Buen Rostro, en el barrio de San Lorenzo, en el siglo XV había una taberna donde un buen día unos compadres estaban allí bebiendo vino cuando escucharon el tintineo de una campanilla anunciando la llegada de la procesión de impedidos de la cercana parroquia de San Lorenzo. Uno de los compadres, Mateo el Rubio, el matón del barrio, dijo en voz alta: "os arrodilláis como mujeres. Ahora veréis lo que tiene que hacer un hombre de verdad. Me quedaré aquí de pie para siempre". Y así ocurrió porque le cayó un rayo que lo dejó de piedra y lo hundió en el suelo hasta las rodillas. Desde entonces la calle cambió de nombre hasta nuestros días: la calle Hombre de Piedra, entre Santa Clara y Jesús del Gran Poder.


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