Tenemos que remontarnos a 1964 cuando el artista malagueño Jaime Fernández Pimentel se inspira en un pescador del lugar llamado Manolo "el Petaca" para crear esta escultura, uno de los símbolos de esta ciudad andaluza. Se trata de una figura que representa a un oficio ya desaparecido, el cenachero, pescador que en sus espuertas o cestas de esparto, también llamados cenachos, de ahí su nombre, llevaba el pescado fresco a vender, pregonándolo por las calles del litoral malagueño. El original se encuentra en la Plaza de la Marina de Málaga, y la copia de nuestra ciudad en la avenida Alcalde Manuel del Valle, esquina con la avenida del Pueblo Saharaui. Fue instalado en 1999 en el jardín a las puertas del restaurante del mismo nombre que allí se encuentra. Es una escultura en bronce levantada sobre un monolito de piedra devastado en el que aparecen además una placa con una inscripción y un ancla en él apoyada.
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